![](/images/icons/comment.svg)
Llegué a Zen casi que de casualidad, buscando darle a mi mente un buen descanso, sin mayores expectativas. De las primeras sesiones salí sorprendida: no sólo por saber todo lo que en esta práctica se podía hacer, sino también asombrada por cómo mi mente podría llegar a un estado de paz que no imaginaba lograr. Esto no habría sido posible sin la paciencia, profesionalismo y calidad humana de Luci; Su disponibilidad para responder y estar atenta a cada persona, y su conocimiento para enseñar, hacen que este lugar sea tan único. Tener constancia en una actividad no es tarea fácil, pero todas estas características generan que a yoga tenga siempre entusiasmo por practicar, ganas de seguir aprendiendo y voluntad para no parar. ¡Gracias Zen por el espacio, Gracias por la confianza Luci!