Un lugar fantástico, con una vista impresionante del mar y un servicio sumamente amable. La atención de nuestra camarera, Valentina, fue excepcional, y nos dio excelentes recomendaciones.
La tabla de mariscos era exquisita, completa y muy abundante.
La tortilla de camarones era un manjar, generosa y sabrosa.
La porción de torta brownie era grande y deliciosa.
Los precios eran muy accesibles y las porciones, generosas.
Un lugar al que volvería y que recomendaría.
Excelente relación entre precio y calidad.